domingo, 10 de octubre de 2010

MANEJO ODONTOLOGICO DEL PACIENTE DIABETICO

La diabetes es un desorden del metabolismo, el proceso que convierte el alimento que ingerimos en energía. La insulina es el factor más importante en este proceso. Durante la digestión se descomponen los alimentos para crear glucosa, la mayor fuente de combustible para el cuerpo. Esta glucosa pasa a la sangre, donde la insulina le permite entrar en las células. (La insulina es una hormona segregada por el páncreas, una glándula grande que se encuentra detrás del estómago).
En personas con diabetes, una de dos componentes de este sistema falla:
El páncreas no produce, o produce poca insulina (Tipo I); o
las células del cuerpo no responden a la insulina que se produce (Tipo II).
CLASIFICACION Y CARACTERISTICAS CLINICAS

Tipo 1 (Insulinodependiente) Deficiencia absoluta de insulina por destrucción de las células ß de la glándula ( páncreas ), relacionados con procesos autoinmunitarios o de etiología desconocida. Mayormente se presenta en niños y jóvenes (diabetes juvenil) y exige administración de insulina de por vida.
Tipo 2 (No insulinodependiente) debido a una disminución del efecto de la insulina, se manifiesta en el adulto, generalmente en individuos con sobrepeso. Existe hiposensibilidad a la insulina y la enfermedad puede tener una base hereditaria. El control metabólico se monitoriza determinando la hemoglobina/proteína glucosilada, este tipo de diabetes se trata con dieta, antidiabéticos orales e insulina en los casos de evolución complicada. En los obesos, la reducción de peso puede mejorar la situación metabólica.

 MANEJO ODONTOLÓGICO EN DIABETES

Los diabéticos previamente diagnosticados que no sigan tratamiento o de quienes se sospeche que la terapia no está siendo seguida adecuadamente, remitir al médico para que revalore el caso.

La primera indicación que debe darse al diabético es que no altere su ingesta y el tratamiento, procurando el equilibrio medicamento – dieta, enfatizar sobre no alterarlos por causa exclusiva de la consulta dental y puntualizar el hecho de no asistir en ayuno para evitar la posibilidad de descompensación (hipoglucemia).

A un paciente que durante la consulta presente signos de descompensación, sin importar si ésta es hiperglucémica o hipoglucémica, se le debe proveer glucosa por vía oral o parenteral si hubiera pérdida de la conciencia.
Un diabético que presenta ansiedad, sudoración, cambios cardiovasculares y hambre puede presentar un estado hipoglucémico por lo que debe proveerse al paciente de bebidas dulces como jugos o té azucarado; en caso de inconsciencia debe aplicarse glucosa por vía intravenosa para estabilizarlo.
Cualquier tipo de tratamiento dental debe iniciarse hasta saber si el paciente está adecuadamente controlado de acuerdo con su condición individual.
Para manipulaciones quirúrgicas que incluyan extracciones, cirugía periodontal, cirugía bucal y maxilofacial, el control adecuado es necesario, pues no sólo se está expuesto a descompensaciones metabólicas, sino a complicaciones por deficiente reparación retardada, infección y sangrado secundario por defectos en la herida.
Tratándose de una emergencia las cifras menores a 180 mg/dL brindan un margen de seguridad en cuanto a sangrado; sin embargo, los riesgos de infección y reparación, seguirán comprometiendo el pronóstico del paciente.
Se pueden presentar sangrados postoperatorios al segundo o tercer día, por disolución exagerada de coágulos.
Dar citas matutinas ya que el paciente tendrá más capacidad adaptativa física y emocional para aceptar las visitas al consultorio dental.
Promover un ambiente de tranquilidad y seguridad en el accionar para evitar sobrecarga emocional y física. El uso de tranquilizantes de tipo diacepínico está indicado en pacientes que requieran ayuda complementaria.
Las infecciones, sobre todo las piógenas, deben atacarse firmemente por medio de medidas locales y sistémicas.
Hacer manipulaciones dentales y quirúrgicas, hasta asegurarse que la condición pulpar (periapical) y periodontal de los pacientes sea óptima.
Los procedimientos de higiene del paciente deben ser eficientes.}
Por la diabetes misma, no hay restricciones en la elección anestésica para procedimientos bucales.

MANEJO ODONTOLOGICO DEL PACIENTE CON INFARTO AL MIOCARDIO

Consiste en una zona localizada de necrosis del músculo cardiaco, que se produce como resultado de una isquemia aguda y sostenida del aporte sanguíneo en alguna de las ra­mas de las arterias coronarias. La causa más importante de infarto, en el 97% de los ca­sos, es el desarrollo de un trombo oclusivo en una placa ate­rosclerósica preestablecida en una arteria coronaria; con­tribuyen a la oclusión la erosión de la placa ateromatosa, la que sea proclive a la formación de trombos, y la libe­ración de mediadores químicos productores de vasoconstricción.
El infarto del miocardio suele afectar a individuos mayores de 40 años, aunque no se descarta la posibilidad de que se presente en personas de menor edad, principal­mente varones.
La incidencia de este trastorno en mujeres aumenta después de la menopausia. Los principales factores de riesgo para infarto de miocardio son hipertensión, diabetes mellitus, tabaquismo, hiperlipidemia, obesidad, sedenta­rismo, dieta rica en colesterol y estrés.
El cuadro clínico consiste en la aparición súbita de dolor torácico, opresivo, retroesternal, descrito como en "garra", que se irradia al hombro y brazo izquierdos, aun­que en ocasiones se extiende hacia el ángulo de la mandí­bula del mismo lado. Puede desencadenarse por situaciones de estrés, ejercicio extenuante o comidas copiosas, aunque también pudiera presentarse de manera espontánea con el paciente en reposo. El enfermo tiene la sensación de muerte, palidez, cianosis en extremidades, sudoración fría, náu­seas o vómito, disnea, hipotensión, pulso débil y en ocasio­nes irregular y la persona adopta una postura característica de autoprotección. La presión arterial que en un principio se eleva, tiende a bajar.

MANEJO ODONTOLÓGICO

 Interconsulta médica para:
o Conocer el estado actual de salud.
o Identificar las complicaciones secundarias al infarto.
o Conocer la terapia farmacológica.
o Definir la resistencia al estrés del paciente.
o Informar ampliamente al cardiólogo sobre la terapia dental a realizar.
 La extensión y complejidad del tratamiento dental dependerán de la resistencia del paciente al estrés y de las complicaciones derivadas del infarto del miocardio.

Esperar seis meses después del infarto para realizar tratamiento electivo. En caso de emergencia definir con el médico el manejo ambulatorio o bajo hospitalización.
 Tomar la presión arterial y el pulso en cada cita. Ante cifras superiores 20% de los valores base (o arriba de 180/100 mmHg), o alteraciones en el ritmo cardiaco, posponer la consulta y/o remitir al médico.
 Limitar en lo posible eventos extenuantes o estresantes. Puede prescribirse un ansiolítico la noche anterior y 45 minutos antes de la consulta. Mantener una atmósfera de trabajo relajada.
 Citas vespertinas. Optimizar el tiempo de trabajo.
Pedirle al paciente el vasodilatador coronario que habitualmente recibe. Administrarlo ante un ataque de dolor torá­cico. Si se considera conveniente, prescribirlo de manera profiláctica antes de la consulta.
Sólo tratar a pacientes con arritmia bajo control médico. Evitar el uso de vitalómetro, bisturí eléctrico o instrumentos de ultrasonido en quienes son portadores de marcapaso.
Manejar sólo a pacientes con insuficiencia cardiaca bajo control.
Anestesia local profunda y duradera. Deben emplearse anestésicos locales con vasoconstrictor, con aspiración previa (tres cartuchos).
Pacientes que fueron sometidos a desviaciones o puentes coronarios en los últimos seis meses, deberán recibir profilaxis antibiótica para endocarditis bacteriana: amoxicilina 2 g una hora antes de la cita, por vía oral.
Evitar interacciones farmacológicas nocivas. No utilizar vasoconstrictores adrenérgicos si el paciente recibe bloqueadores β. Evitar AINE en quienes están bajo terapia anticoagulante y prescribirlos por corto tiempo a los que ingieren bloqueadores β o inhibido res de la ECA
Antes de procedimientos quirúrgicos en quienes reciben aspirina solicitar: Tiempo de sangrado. Suspender el medicamento seis días antes si el resultado es anormal. Pedir también cuenta de plaquetas. Si las cifras son meno­res a 70,000, consultar con el médico.
Solicitar un INR a quienes estén bajo terapia anticoagulante. Si el resultado es mayor a 2.5, pedir al médico ajuste la dosis.
Definir el plan de tratamiento odontológico sobre la base de la reserva salival. Usar geles y soluciones fluoradas. Estricto control de placa bacteriana.
Evitar movimientos bruscos del paciente en el sillón dental (hipotensión postural)
Identificar y tratar oportunamente las lesiones y alteraciones bucales secundarias al tratamiento farmacológico.

Si llegara a manifestar dolor precordial paroxísitico, debe manejarse como un cuadro de angina de pecho, admi­nistrarse un vasodilatador coronario de acción corta por vía sublingual esperar dos minutos a que haga efecto el medicamento antianginoso, y de ser necesario, repetir la dosis.
Dejar que el paciente adopte una posición cómoda que le permita respirar de manera adecuada, y aflojar las pren­das de ropa que le aprieten vigilar los sig­nos vitales.
Ante alteraciones del ritmo, elevación marcada de la presión arterial o falta de respuesta a una segunda dosis del medicamento administrar una tercera dosis y solicitar una ambulancia para el traslado del paciente a la institución hos­pitalaria más cercana.

MANEJO ODONTOLOGICO DEL PACIENTE CON ANGINA DE PECHO

Es el resultado de una discrepancia entre las demandas de oxígeno del miocardio y la incapacidad de las arterias co­ronarias para satisfacerlas, debido a la disminución en el lumen arterial, al espasmo de la arteria coronaria, o menos frecuentemente al desprendimiento y embolización de un fragmento de la placa ateromatosa.
Se caracteriza por dolor opresivo y abrumador en el pecho, que se irradia hacia el hombro y brazo izquierdos, hasta la punta del cuarto y quinto dedos, y en ocasiones cuello, mandíbula y cara del mismo lado. Se acompaña además de la sensación de muerte inminente.
Un cuadro de angina tiene la particularidad de durar segundos o minutos (< 20) y curar con el reposo. Todo ataque anginoso mayor de 20 minutos debe considerarse como infarto del miocardio. El paciente durante el ataque adopta una posición fija y suele llevarse el puño al pecho. Suele presentarse entre los 45 y 65 años de edad, especialmente en varones cuya profesión suele considerarse como altamente estresante. Las mujeres se ven afectadas en menor proporción.

CLASIFICACION DE LA ANGINA DE PECHO

La sociedad cardiovascular canadiense ha propuesto una clasificación de angina de pecho.
Divide en cuatro clases la severidad del cuadro clínico:

Clase 1: Angina causada sólo por ejercicio extenuante o prolongado. Las actividades cotidianas no lo provocan.
Clase 2: El dolor anginoso aparece al hacer ejercicio moderado, como subir más de un piso o andar dos o más cuadras con limitación ligera de la actividad física.
Clase 3: Limitación importante de actividad física. El dolor aparece ante el ejercicio leve. Incapacidad de andar dos o más cuadras o subir un piso a ritmo normal.
Clase 4: Incapacidad para llevar a cabo ejercicio alguno. El dolor aparece ante cualquier actividad física y puede presentarse en el reposo.
MANEJO DENTAL DEL PACIENTE

 Ante un cuadro de dolor anginoso durante el trata­miento dental, el manejo que debe darse al paciente es el siguiente:
o Suspender el tratamiento dental.
o Colocar al enfermo en una posición que le sea cómoda (45°), ya que tiende a sentarse y no es reco­mendable obligarlo a mantenerse en posición su­pina.
o Administrar un vasodilatador coronario de acción corta (nitroglicerina, isosorbide, aerosol de nitro­ glicerina) y esperar que actúe entre 2 y 5 minutos.
o Tomar signos vitales.
o Si se dispone de oxígeno, administrarlo por medio de una cánula nasal a una dosis de seis litros por minuto.
o Dar una segunda dosis del vasodilatador corona­rio si no se obtiene respuesta en cinco minutos.
o Si no se logra el alivio del dolor a los 10 minutos dar una tercera dosis y buscar ayuda médica. Acompañar al paciente en la ambulancia hasta el hospital.

CONDUCTA ODONTOLOGICA EN PACIENTES HIPERTENSOS

La hipertensión arterial (HTA) es la enfermedad sistémica más frecuente en la población adulta. Se define como el aumento sostenido de la presión arterial por arriba de 140 mmHg para la presión sistólica, y superior a 90 mmHg para la diastólica. Para su diagnóstico se requiere de tres o más lecturas mayores a 140/90 mmHg,
Aunque en sus inicios es asintomática e inocua, la HTA con el tiempo va a tener repercusiones en todos los tejidos y órganos de la economía y puede ser mortal. Es el factor de riesgo más importante para enfermedades coronarias y eventos cerebrovasculares.
En vista de que algunas estadísticas demuestran que al menos 7.5% de la población demandante de atención dental, independientemente de la edad, padece HTA, su conocimiento, prevención y manejo médico debe ser del dominio de los odontólogos.

 CLASIFICACIÓN POR ESTADIO DE SEVERIDAD

  •  Optima: presión sistólica <120 y la presión diastolita <80
  •  Normal: presión sistólica <130 y la presión diastolita <85
  •  Presión normal alta: presión sistólica 130 a 139 y la presión diastolita 85 a 89
  •  Hipertensión etapa 1: presión sistólica 140 a 159 y la presión diastolita 90 a 99
  •  Hipertensión etapa 2: presión sistólica 160 a 179 y la presión diastolita 110 a 109
  •  Hipertensión etapa 3: presión sistólica 180 a 209 y la presión diastolita 110 a 119
  •  Hipertensión etapa 4: presión sistólica ≥210 y la presión diastolita ≥120
MANEJO ODONTOLÓGICO DEL PACIENTE HIPERTENSO
 Para efectos de manejo dental, los pacientes hipertensos pueden ser clasificados en relación con el control médico que se tenga sobre sus cifras tensionales y el tipo de comportamiento frente a esta enfermedad, como se muestra a continuación:

a. Control adecuado. Como paciente controlado será considerado aquel que toma sus medicamentos, acude a sus citas con el médico y tiene cifras cercanas a lo normal.
b. Mal controlado. Quien a pesar del empleo de medicamentos, puede cursar con cifras superiores a lo esperado.
c. Control errático. Bajo esta categoría entran quienes no han sido motivados lo suficiente como para ser metódicos en sus visitas al médico y en la toma de los fármacos antihipertensivos.
d. Abandono del tratamiento. Paciente que ha abandonado el tratamiento por diversas razones.
e. Hipertenso no controlado.

Interconsulta médica: Clasificación de HTA, terapéutica farmacológica, evolución y control de la HTA.
 Tomar la presión arterial en cada consulta. Definir manejo dental. Un incremento de 20 % en las cifras base, obliga a posponer la consulta.
 Preguntar al paciente en cada consulta si ha seguido su tratamiento.
 Tratar de reducir los eventos estresantes, tratando de producir una atmósfera de relajación en la consulta.
 Si fuera necesario, prescribir ansiolíticos la noche anterior y 45 minutos antes de la cita: diacepam 2 mg por vía oral.
 Atender a los pacientes hipertensos por la tarde.
 El contacto con el médico del paciente es importante, ya que él puede proporcionar información que permita conocer la evolución de la enfermedad, el estado de salud actual, el tipo de HTA, la etapa que está clasificado, la terapia que ha recibido y las cifras de PA que son de esperarse en la persona.
 Informar al paciente hipertenso sobre la necesidad de realizar modificaciones en su tratamiento dental, para evitar una crisis hipertensiva derivada del tratamiento odontológico. Los pacientes con HTA bien controlada generalmente no requieren de modificaciones importantes en su manejo.


Plan de tratamiento dental e hipertensión arterial
Categoría
Tratamiento Dental
Etapa 1
(140 a 159/90 a 99)
Sin modificaciones en el plan de tratamiento. Informar al paciente, referir al médico o ambos.
Etapa 2
(160 a 179/100 a 109)
Tratamiento dental selectivo: restauraciones, profilaxis, terapia periodontal no quirúrgica, tratamiento endodóntico no quirúrgico. Referir al paciente con el médico.
Etapa 3
(180 a 209/110 a 119) y
Etapa 4
(= O > 210/=0 > 120)
Procedimientos de emergencia no estresantes: alivio del dolor, tratamiento para infecciones, disfunciones masticatorias, consulta. Referir inmediatamente al paciente con el médico