domingo, 10 de octubre de 2010

MANEJO ODONTOLOGICO DEL PACIENTE CON INFARTO AL MIOCARDIO

Consiste en una zona localizada de necrosis del músculo cardiaco, que se produce como resultado de una isquemia aguda y sostenida del aporte sanguíneo en alguna de las ra­mas de las arterias coronarias. La causa más importante de infarto, en el 97% de los ca­sos, es el desarrollo de un trombo oclusivo en una placa ate­rosclerósica preestablecida en una arteria coronaria; con­tribuyen a la oclusión la erosión de la placa ateromatosa, la que sea proclive a la formación de trombos, y la libe­ración de mediadores químicos productores de vasoconstricción.
El infarto del miocardio suele afectar a individuos mayores de 40 años, aunque no se descarta la posibilidad de que se presente en personas de menor edad, principal­mente varones.
La incidencia de este trastorno en mujeres aumenta después de la menopausia. Los principales factores de riesgo para infarto de miocardio son hipertensión, diabetes mellitus, tabaquismo, hiperlipidemia, obesidad, sedenta­rismo, dieta rica en colesterol y estrés.
El cuadro clínico consiste en la aparición súbita de dolor torácico, opresivo, retroesternal, descrito como en "garra", que se irradia al hombro y brazo izquierdos, aun­que en ocasiones se extiende hacia el ángulo de la mandí­bula del mismo lado. Puede desencadenarse por situaciones de estrés, ejercicio extenuante o comidas copiosas, aunque también pudiera presentarse de manera espontánea con el paciente en reposo. El enfermo tiene la sensación de muerte, palidez, cianosis en extremidades, sudoración fría, náu­seas o vómito, disnea, hipotensión, pulso débil y en ocasio­nes irregular y la persona adopta una postura característica de autoprotección. La presión arterial que en un principio se eleva, tiende a bajar.

MANEJO ODONTOLÓGICO

 Interconsulta médica para:
o Conocer el estado actual de salud.
o Identificar las complicaciones secundarias al infarto.
o Conocer la terapia farmacológica.
o Definir la resistencia al estrés del paciente.
o Informar ampliamente al cardiólogo sobre la terapia dental a realizar.
 La extensión y complejidad del tratamiento dental dependerán de la resistencia del paciente al estrés y de las complicaciones derivadas del infarto del miocardio.

Esperar seis meses después del infarto para realizar tratamiento electivo. En caso de emergencia definir con el médico el manejo ambulatorio o bajo hospitalización.
 Tomar la presión arterial y el pulso en cada cita. Ante cifras superiores 20% de los valores base (o arriba de 180/100 mmHg), o alteraciones en el ritmo cardiaco, posponer la consulta y/o remitir al médico.
 Limitar en lo posible eventos extenuantes o estresantes. Puede prescribirse un ansiolítico la noche anterior y 45 minutos antes de la consulta. Mantener una atmósfera de trabajo relajada.
 Citas vespertinas. Optimizar el tiempo de trabajo.
Pedirle al paciente el vasodilatador coronario que habitualmente recibe. Administrarlo ante un ataque de dolor torá­cico. Si se considera conveniente, prescribirlo de manera profiláctica antes de la consulta.
Sólo tratar a pacientes con arritmia bajo control médico. Evitar el uso de vitalómetro, bisturí eléctrico o instrumentos de ultrasonido en quienes son portadores de marcapaso.
Manejar sólo a pacientes con insuficiencia cardiaca bajo control.
Anestesia local profunda y duradera. Deben emplearse anestésicos locales con vasoconstrictor, con aspiración previa (tres cartuchos).
Pacientes que fueron sometidos a desviaciones o puentes coronarios en los últimos seis meses, deberán recibir profilaxis antibiótica para endocarditis bacteriana: amoxicilina 2 g una hora antes de la cita, por vía oral.
Evitar interacciones farmacológicas nocivas. No utilizar vasoconstrictores adrenérgicos si el paciente recibe bloqueadores β. Evitar AINE en quienes están bajo terapia anticoagulante y prescribirlos por corto tiempo a los que ingieren bloqueadores β o inhibido res de la ECA
Antes de procedimientos quirúrgicos en quienes reciben aspirina solicitar: Tiempo de sangrado. Suspender el medicamento seis días antes si el resultado es anormal. Pedir también cuenta de plaquetas. Si las cifras son meno­res a 70,000, consultar con el médico.
Solicitar un INR a quienes estén bajo terapia anticoagulante. Si el resultado es mayor a 2.5, pedir al médico ajuste la dosis.
Definir el plan de tratamiento odontológico sobre la base de la reserva salival. Usar geles y soluciones fluoradas. Estricto control de placa bacteriana.
Evitar movimientos bruscos del paciente en el sillón dental (hipotensión postural)
Identificar y tratar oportunamente las lesiones y alteraciones bucales secundarias al tratamiento farmacológico.

Si llegara a manifestar dolor precordial paroxísitico, debe manejarse como un cuadro de angina de pecho, admi­nistrarse un vasodilatador coronario de acción corta por vía sublingual esperar dos minutos a que haga efecto el medicamento antianginoso, y de ser necesario, repetir la dosis.
Dejar que el paciente adopte una posición cómoda que le permita respirar de manera adecuada, y aflojar las pren­das de ropa que le aprieten vigilar los sig­nos vitales.
Ante alteraciones del ritmo, elevación marcada de la presión arterial o falta de respuesta a una segunda dosis del medicamento administrar una tercera dosis y solicitar una ambulancia para el traslado del paciente a la institución hos­pitalaria más cercana.

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